SUSANA GIMÉNEZ YA TIENE MÁS DE 80 AÑOS Y CÓMO VIVE ES TRISTE
Susana Giménez, la diva eterna de la Argentina, es un ícono nacional que, durante décadas, ha encarnado el glamour, la risa desmedida y el éxito arrollador en la televisión.
Su vida se convirtió en un mito, pero hoy, con más de 80 años, detrás de la fachada de opulencia, su historia se revela marcada por la soledad y una profunda tristeza.
¿Cómo pudo una mujer sin conexiones en el medio ascender hasta convertirse en la figura más poderosa de la televisión argentina, solo para que su vida personal se viera constantemente ensombrecida por el drama?
Esta es la biografía que explora el alto precio que Susana Giménez pagó por la fama.
Los Años Formativos: Violencia, Pérdida y Determinación
María Susana Giménez Aubert nació en Buenos Aires el 29 de enero de 1944.
A pesar de provenir de una familia de clase media, su infancia fue turbulenta.
Sus primeros recuerdos estuvieron dominados por las constantes peleas y la violencia física entre sus padres, disputas que a menudo se originaban en las infidelidades de su progenitor.
La pequeña Susana tuvo que intervenir en más de una ocasión para intentar separarlos.
El quiebre familiar se dio cuando sus padres se separaron.
A los siete años, su padre la envió a un colegio estricto donde sufrió burlas por no hablar inglés, una experiencia que la dejó con problemas de salud bronquial.
Al regresar a casa, se encontró con una nueva madrastra y un hogar desorganizado por la enfermedad mental de su hermano Jorge y el dolor de su madre.
Su refugio fue su abuelo Alberto, quien la llevaba al cine, encendiendo en ella la fascinación por el espectáculo.
El dolor se hizo tragedia en 1966 con el suicidio de su hermano Jorge y la posterior muerte de su madre.
Abatida por el luto y las dificultades económicas, en 1967 Susana tomó una decisión crucial: dejó de lado sus planes de ser azafata para incursionar en el modelaje.
Del Escándalo de Maumau a la Leyenda del Shock
La vida de Susana cambió en la legendaria discoteca Mau Mau.
Una foto suya en la revista Gente con el titular “Susana Giménez mató en Maumau” la catapultó a la fama, convirtiéndola en un rostro habitual de las portadas.
El salto definitivo llegó en 1969 con un comercial del jabón Kadum.
El eslogan “shock de frescura” se convirtió en una frase de culto, y Susana pasó de ser una modelo anónima a un nombre conocido en cada hogar.
En 1970, su talento en la televisión se consolidó con el programa Matrimonios y algo más, lo que le valió su primer Premio Martín Fierro, abriendo las puertas a una exitosa carrera en el teatro de revista y la comedia.

La Relación Destructiva con Carlos Monzón y el Escándalo del Cenicero
La vida amorosa de Susana fue tan turbulenta como su éxito.
Con apenas 15 años, se casó con Mario Sarrabayrouse tras quedar embarazada de su hija Mercedes, un matrimonio que pronto abandonó debido a la violencia.
Pero fue su relación con el boxeador campeón del mundo, Carlos Monzón, la que la marcó profundamente.
Iniciada en 1974 durante el rodaje de la película María o el Mar, la pasión fue inmediata e incontrolable, a pesar de que Monzón estaba casado.
El romance fue catalogado como “La historia de amor del año”.
Sin embargo, la convivencia se tornó violenta.
En 1978, tras cuatro años, Susana le puso fin al romance, un paso que la liberó de la violencia física.
Su siguiente matrimonio, con el polista Humberto Roviralta, terminó en uno de los escándalos más sonados de la farándula argentina en 1998.
Tras una violenta discusión, Susana se defendió arrojándole un cenicero, dejando a Roviralta ensangrentado.
El divorcio le costó a Susana la suma de 10 millones de dólares, lo que la dejó firme en su decisión de no volverse a casar.
El Reinado de la Televisión y la Soledad Final
El éxito profesional de Susana fue imparable.
En 1987, lanzó ¡Hola, Susana!, un programa que mezclaba concursos telefónicos con entrevistas a celebridades, revolucionando la televisión argentina.
El show se convirtió en una sensación nacional, alcanzando ratings históricos y llevando a Susana a firmar un contrato millonario con Telefe en 1991.
Su popularidad fue tal que entró al Libro Guinness de los Récords por recibir más de 20 millones de cartas de fans, obteniendo su propio código postal.
A pesar de su estatus como la diva máxima de Argentina y su impresionante riqueza, su vida personal en los últimos años ha girado hacia la soledad.
Con más de 80 años, vive recluida en su lujosa mansión “La Mary” en Punta del Este, Uruguay, un lugar diseñado para el máximo confort.
En junio de 2025, una “emergencia” en su opulento refugio se hizo viral: un corte total de luz.
Aunque para la gente común un apagón es solo un contratiempo, para Susana se convirtió en un símbolo de la fragilidad de su aislamiento.
El contraste entre su vida de leyenda y la realidad de una vejez solitaria, marcada por las heridas del pasado y lejos del fervor de los estudios de televisión, ha generado un sentimiento de tristeza entre sus fans.
La historia de Susana Giménez es la crónica de un triunfo profesional monumental y un fracaso personal recurrente, donde la alegría de las cámaras no pudo mitigar la soledad de una vida que, a pesar de todo su glamour, sigue cargando con el peso de la tragedia.
¿Le gustaría que desarrolle alguna otra columna sobre figuras icónicas con este nivel de detalle?