“De la química al colapso: la frase de Parodi que desmoronó a la ‘chica selfie’ en vivo”
Todo comenzó con un clima ligero, de esos en los que los presentadores lanzan indirectas disfrazadas de bromas.
Rosángela intentaba sonreír, pero sus manos, inquietas sobre las piernas, delataban que no estaba del todo cómoda.
Las cámaras buscaban cada microexpresión, cada destello en sus ojos, y el público estaba listo para cualquier confirmación o desmentida.
Entonces llegó el turno de Patricio Parodi.

Con un gesto breve, casi imperceptible pero cargado de mensaje, negó estar con ella antes incluso de que las palabras salieran de su boca.
Lo que vino después fue directo, sin matices: aseguró que jamás estaría con Rosángela.
El set se congeló.
No fue un “no estamos juntos”, fue un “nunca”, pronunciado con la seguridad de alguien que quiere cortar de raíz cualquier especulación.
Rosángela mantuvo la sonrisa, pero el brillo en sus ojos se apagó levemente, y por un instante miró hacia un punto fuera de cámara, como buscando un refugio.
Pancho Rodríguez, oliendo el morbo televisivo, decidió avivar el fuego.

Entre risas incómodas, dejó caer comentarios insinuando que nadie les creía.
Sus frases, disfrazadas de chistes, tenían el filo de un cuchillo que corta despacio.
Patricio frunció el ceño; Rosángela apretó los labios.
Ambos insistieron en negar cualquier romance, pero cada desmentida parecía alimentar más la curiosidad.
Mientras tanto, en otro rincón del programa, Mario Irivarren intentaba mantenerse ajeno a la tensión, pero su declaración sobre formar una familia con Onelia Molina no pasó desapercibida.
Admitió que no tiene planes de ser padre por ahora y, para sorpresa de muchos, soltó que se sentiría “obligado” si llegara a tener un hijo.
La palabra quedó flotando en el aire, generando un murmullo entre los presentes y una avalancha de reacciones en redes sociales.
De vuelta a Rosángela y Patricio, el silencio posterior a las negaciones se volvió tan espeso que ni el sonido de la música de fondo podía disimularlo.
Algunos en el set intercambiaban miradas, otros fingían estar ocupados, pero todos sabían que el momento ya estaba grabado en la memoria colectiva de la farándula: la “chica selfie” expuesta, Parodi implacable, y Pancho como catalizador del desconcierto.
Afuera, en las redes, el clip del “jamás” de Parodi comenzó a multiplicarse.
Los seguidores se dividieron entre quienes defendían a Rosángela y quienes aplaudían la franqueza brutal de Patricio.
La imagen de ella, sonriendo con los labios pero no con la mirada, se convirtió en meme, en captura, en materia de análisis psicológico improvisado por miles de usuarios.
Incluso hubo quienes señalaron que la supuesta “gran química” en el programa no era más que una actuación para las cámaras, mientras otros aseguraban que la negación tan enfática solo escondía algo que aún no podía salir a la luz.

Esa tarde, el entretenimiento ligero se transformó en un espectáculo de incomodidad y exposición, donde cada gesto pesaba más que cualquier palabra.
Y aunque las luces del set se apagaron y los protagonistas siguieron con sus rutinas, la escena quedó tatuada en la retina del público: un “jamás” que no solo cerró una puerta, sino que dejó un eco frío que todavía resuena.