Kiko Hernández ha lanzado un comunicado, en el que anuncia su decisión de irse de Melilla de manera definitiva, tras los problemas sufridos con el local que comparte con su marido
Kiko Hernández ha puesto fin a una etapa que nunca olvidará, pero que terminó de la manera más dura posible. Tras semanas de tensión, conflictos con la administración y agresiones a su equipo, el colaborador y presentador de televisión ha anunciado de manera definitiva su salida de Melilla, la ciudad que lo acogió durante los últimos tres años y que fue testigo de momentos clave en su vida personal y profesional.
A través de un emotivo comunicado en Instagram, Kiko se despidió de Melilla, de su gente y de una etapa que describió como “intensa y maravillosa”.
“Melilla, gracias. Gracias por estos tres años que se quedarán para siempre en mi corazón. Gracias a tu gente, por su cercanía, su generosidad y su forma de acoger; por hacerme sentir parte de esta tierra desde el primer día”, comenzó su mensaje, acompañado de una imagen que reflejaba nostalgia y firmeza.
El motivo de la partida es complejo y doloroso. Kiko y su marido, Fran Antón, pusieron en marcha El Cielo de Melilla, un local de ocio que defendían como “totalmente legal y administrativamente correcto”.
Sin embargo, la relación con el Gobierno local se tensó hasta el punto de forzar el cierre administrativo del establecimiento. Ambos optaron por una huelga de hambre como forma de protesta, denunciando lo que consideraban injusticia y presión política.
Pero la situación alcanzó un punto crítico cuando uno de los empleados del local sufrió una agresión, un hecho que hizo que la pareja priorizara la seguridad de su entorno familiar y laboral.
Lejos de permanecer en silencio, Kiko Hernández eligió una despedida pública y directa, en la que no ocultó ni su gratitud ni su crítica.
Recordó momentos felices y significativos, como su boda con Fran Antón en 2023, y la infancia de sus hijas vivida en la ciudad: “Aquí he aprendido, he crecido y he comprendido la riqueza inmensa de todas las culturas que conviven en esta ciudad única.
Mis hijas pasaron aquí una parte de su infancia, creciendo, riendo y aprendiendo en una tierra maravillosa que siempre formará parte de nuestra historia”.
Pero Kiko no se quedó solo en la nostalgia; también lanzó un duro mensaje hacia la clase política local. “Y al Partido Popular de Melilla: pueden estar tranquilos.
Seguirán ejerciendo su dictadura. Yo la seguiré denunciando desde Madrid, porque esta ciudad y sus ciudadanos merecen un gobierno mucho mejor.
Melilla. No es un adiós… es un hasta pronto…”, escribió, dejando claro que su lucha y sus denuncias no cesarán, aunque cambie de escenario.
Antes de cerrar este capítulo, quiso agradecer a todas las personas que lo apoyaron durante los momentos más difíciles y a quienes lo acompañaron durante estos años en la ciudad.
“Hoy las circunstancias nos empujan a buscar nuevos retos y nuevas aventuras, pero nos vamos con el alma llena de recuerdos, de personas queridas y de gratitud.
A todos los que pasasteis por mi vida en Melilla: gracias, gracias y mil gracias”, concluyó en su mensaje, dejando un sello de emoción y sinceridad.
La decisión de abandonar Melilla se produce después de días especialmente complicados. La tensión comenzó con el cierre administrativo de El Cielo, continuó con la huelga de hambre y alcanzó su punto crítico con la agresión a un trabajador del local.
Kiko compartió partes de lesiones, vídeos y mensajes en los que denunciaba presiones, amenazas y un clima de violencia creciente. Según su versión, estos hechos marcaron el punto de no retorno y confirmaron que permanecer en la ciudad se había vuelto insostenible.
En sus redes sociales, Hernández ya había adelantado que Melilla dejaba de ser una opción para su futuro inmediato y confirmó que El Cielo se trasladará a Madrid.
Allí, él y Fran Antón esperan empezar de nuevo, lejos del clima de hostilidad que marcaron sus últimos meses en la ciudad autónoma.
La mudanza representa no solo un cambio geográfico, sino también un intento de recuperar la tranquilidad, la seguridad y continuar con un proyecto que consideran suyo y de la comunidad que lo ha apoyado.
El comunicado de Kiko Hernández muestra un equilibrio entre agradecimiento, nostalgia y firmeza ante la injusticia. Recorre desde la felicidad por los años vividos hasta la dureza de las circunstancias que los obligaron a tomar esta decisión.
Su mensaje ha generado repercusión en redes sociales, donde muchos seguidores han expresado su solidaridad y comprensión por la situación vivida.
Kiko deja Melilla con la cabeza alta, consciente de todo lo que ha vivido y aprendido.
La ciudad que lo vio casarse, que le brindó momentos familiares únicos y que formó parte de su historia personal, ahora se convierte en un recuerdo lleno de afecto, pero también de lecciones difíciles.
Su marcha es un punto de inflexión, un cierre de etapa que abre la puerta a nuevos retos y proyectos, con la seguridad y el bienestar de su familia como prioridad absoluta.
El relato de Kiko Hernández en esta despedida combina emoción, indignación y esperanza.
A través de sus palabras, se percibe el dolor de dejar un lugar amado, la frustración por las agresiones y amenazas sufridas, pero también la determinación de seguir adelante, de reinventarse y buscar un futuro más seguro y prometedor.
La historia de su salida de Melilla es, sin duda, un capítulo intenso de su vida que quedará marcado para siempre, un testimonio de lucha, resistencia y gratitud en medio de la adversidad.