Era martes. El sol apenas asomaba en Madrid, pero ya se sentía el calor de agosto. Los móviles vibraban, los productores corrían, y los redactores de TardeAR yFiesta no podían creer lo que acababan de leer.
Lolita Flores, la artista, la hija de “La Faraona”, la mujer que ha sobrevivido a todo —desde la muerte de sus padres hasta los vaivenes del amor y la televisión— acababa de lanzar una publicación que, en cuestión de minutos, paralizó el corazón de miles.
“Hoy necesito contar algo que me rompe el alma. He tomado una decisión que cambiará mi vida… y quizás la de muchos que me quieren.”
Ese texto, breve y sin detalles, fue suficiente para que el país entero se pusiera en alerta.
Capítulo II: Una historia con raíces profundas
Lolita Flores no es solo una cantante o actriz. Es memoria viva de una dinastía artística. Es hija de Lola Flores y el Pescaílla, hermana de Rosario, madre de Elena Furiase. Pero sobre todo, esuna mujer que ha llorado, reído y amado delante de todos nosotros, sin máscaras.
En las últimas semanas, se le había visto ausente en las grabaciones de Tu cara me suena y rechazando invitaciones a eventos donde solía brillar. Muchos pensaban que era cansancio o necesidad de descanso… pero era más.
Capítulo III: La entrevista inesperada
Esa misma tarde, en exclusiva para ¡De Viernes!, Lolita apareció por videollamada desde su casa. El rostro sin maquillaje, los ojos brillosos. La sonrisa de siempre, esta vez temblando.
“Estoy enferma”, dijo, sin rodeos.
El plató quedó en silencio. Los presentadores no sabían cómo reaccionar. Lolita respiró hondo y prosiguió:
Hace dos meses me detectaron un tumor en el pulmón. Al principio pensé que era una neumonía, pero después de varias pruebas, llegó la noticia que nunca quieres escuchar.”
Su voz se quebraba. La audiencia, también.
Capítulo IV: Rompiendo el corazón del país
En cuestión de horas, las redes sociales se llenaron de mensajes de apoyo: artistas, políticos, fans, periodistas. Nadie podía creer que esa mujer fuerte, que había estado en pie tras tantos golpes, enfrentaba uno más, quizás el más duro.
Rosario, su hermana, compartió una foto juntas con el mensaje:
Aquí estamos, juntas como siempre. Pa’lante, hermana mía.”
Y Elena, su hija, escribió simplemente:
No puedo hablar. Solo sé que mi madre va a ganar esta batalla.”
teléfonos estaban apagados, las puertas cerradas. Lolita se refugió en su casa de Cádiz, rodeada de su círculo más íntimo: su hermana Rosario, sus nietos, su hija y su equipo médico.
Fuentes cercanas aseguraron que Lolita estaba “tranquila, fuerte, pero muy emocional”. Se negaba a esconder la enfermedad, pero tampoco quería que los medios la convirtieran en un espectáculo.
Ella misma lo dijo en la entrevista:
No soy un show. Soy una mujer que quiere vivir. Si hablo es para que otras mujeres se hagan pruebas, se escuchen el cuerpo y no tengan miedo.”
Capítulo VI: Una carta que conmovió
Tres días después de la entrevista, el diario El País publicó una carta escrita por Lolita. Un fragmento decía:
Mi madre decía que el arte y la sangre no se apagan. Yo digo que tampoco se apaga la fuerza. Me han roto el corazón muchas veces, pero esta vez me lo han tocado con miedo. Sin embargo, aún late con fuerza. No tengo miedo a morir, tengo miedo a dejar de cantar.”
Las palabras recorrieron medios, tertulias, y sobre todo, los corazones de quienes han seguido su carrera durante más de 40 años.
Capítulo VII: Los amigos responden
Antonio Carmona, Raphael, Ana Belén, Joaquín Sabina, Pastora Soler… Todos salieron a respaldarla.
En El Hormiguero, Pablo Motos dedicó el programa entero a Lolita. Se le vio visiblemente afectado al decir:
Esta noche no hay risas. Hay admiración y respeto por una mujer que ha hecho de su vida un escenario, y del dolor, un arte.”
Incluso Chanel, la representante eurovisiva, le rindió homenaje cantando en directoSarandonga” con lágrimas en los ojos.
Capítulo VIII: La pausa definitiva
Finalmente, Lolita anunció lo que muchos temían: su retirada temporal (e indefinida) de los escenarios y de la televisión.
Necesito curarme. Necesito respirar sin cámaras, sin luces. No sé si volveré, pero si lo hago, será más Lolita que nunca.”
Ese mismo día, se cancelaron las funciones de teatro previstas para otoño y el rodaje de una nueva serie donde participaba quedó pospuesto.
La productora publicó un comunicado:
La salud de Lolita es lo primero. Esperamos su regreso cuando lo decida, si lo decide.”
Capítulo IX: Una despedida sin final
Antes de alejarse por completo, Lolita publicó un vídeo de despedida en su cuenta oficial. Se le ve sentada en su jardín, con un pañuelo en la cabeza, el rostro sereno.
“Gracias por tanto amor. Si este es mi último aplauso, quiero que suene fuerte. Si no lo es, nos veremos pronto. Porque una Flores nunca se rinde sin pelear.”
Y con una sonrisa, cantó a capela el estribillo de Lo voy a dividir”. Las lágrimas ya no se podían contener.
Lolita no es solo una artista. Es un símbolo de resistencia, de amor y de verdad. Su historia no termina con una enfermedad, ni con una retirada. Su historia vive en cada escenario que ha pisado, en cada canción que ha interpretado, y en cada alma a la que ha tocado con su verdad.
Hoy, España llora. Pero también>espera. Porque si hay alguien capaz de volver a levantarse con fuerza, con gracia y con arte, esa es Lolita Flores.