“Impactante: revelan secretos del poderoso Raúl Velasco, los artistas que sufrieron bajo su control y la sorprendente venganza de Juan Gabriel que cambia para siempre la historia del programa más famoso de la televisión mexicana”
Hablar de Raúl Velasco es hablar de la televisión mexicana en su época de oro. Durante más de tres décadas, fue la cara, la voz y la fuerza detrás de Siempre en Domingo, el programa dominical que marcó la vida cultural de millones de familias en América Latina. Sin embargo, detrás de las luces, las sonrisas y las presentaciones memorables, existía un lado oscuro que muchos callaron durante años. Hoy, con testimonios, rumores y confesiones de artistas, la verdad comienza a salir a la luz: Raúl Velasco no solo fue un conductor, fue también un juez implacable que dejó a varios cantantes destrozados… y cuya relación con Juan Gabriel dio pie a una venganza inolvidable.

El hombre que decidía quién brillaba y quién se apagaba
Para muchos, Velasco fue más que un presentador: fue un verdadero “zar de la música”. Su aprobación podía significar la fama inmediata; su rechazo, el olvido. Artistas de todos los géneros soñaban con presentarse en Siempre en Domingo, porque sabían que salir en ese escenario era abrir la puerta al éxito internacional.
Pero esa posición de poder no siempre se ejerció con justicia. Detrás de cámaras, varios cantantes relataron que el conductor podía ser duro, exigente y, a veces, despiadado. Bastaba con que un artista no cumpliera con sus expectativas o no se adaptara a sus reglas para ser vetado sin explicaciones.
Voces que se sintieron destruidas
Aunque muchos callaron por miedo a perder oportunidades, con el tiempo empezaron a salir declaraciones que mostraban el otro rostro de Velasco. Cantantes en ascenso aseguraron que fueron humillados, que se les cerraron las puertas de la televisión y que sus carreras quedaron truncadas tras un mal encuentro con él.
Algunos relataron que no se les permitía cantar en vivo si no contaban con el respaldo de una disquera poderosa. Otros confesaron que fueron bajados del escenario en el último minuto porque “no estaban listos para el público de Raúl”.
El daño no era solo profesional: varios artistas aseguraron haber quedado emocionalmente destrozados, con la sensación de que sus sueños habían sido aplastados por una sola persona.
El caso de Juan Gabriel
Uno de los episodios más comentados y polémicos tiene como protagonista a Juan Gabriel, el “Divo de Juárez”. Aunque ambos compartieron momentos de cordialidad en televisión, detrás de cámaras la relación no siempre fue buena.
Se dice que en una ocasión, Velasco cuestionó duramente el estilo de Juan Gabriel, insinuando que no era “apto” para ciertos públicos. El comentario no solo hirió al cantante, sino que también lo motivó a demostrar, con más fuerza, que su arte trascendía prejuicios y críticas.
La “venganza” de Juan Gabriel no fue un ataque directo, sino algo mucho más poderoso: su éxito arrollador. Cada concierto lleno, cada disco vendido y cada aplauso de pie se convirtió en una bofetada simbólica contra quienes alguna vez lo subestimaron.
¿Era tirano o simplemente exigente?
Aquí surge la gran pregunta: ¿era Raúl Velasco un villano de la televisión o simplemente un perfeccionista que defendía altos estándares? Sus defensores aseguran que su rigor fue la clave para que Siempre en Domingo mantuviera su calidad durante tantos años. Afirman que gracias a su visión se lanzaron artistas que hoy son leyendas, desde Luis Miguel hasta Rocío Dúrcal.
Sin embargo, sus críticos lo describen como un hombre controlador, egocéntrico y capaz de destruir carreras con una sola palabra. La dualidad entre estos relatos hace que su figura siga siendo polémica y fascinante.
La venganza silenciosa de los olvidados
Más allá de Juan Gabriel, hubo otros artistas que, tras sentirse rechazados por Velasco, encontraron la manera de triunfar lejos de su sombra. Algunos emigraron a Estados Unidos, otros se refugiaron en mercados alternativos y varios lograron consolidarse gracias a plataformas diferentes, demostrando que la aprobación de Raúl no era indispensable para brillar.
Cada éxito alcanzado fuera de Siempre en Domingo fue visto por muchos como una venganza silenciosa contra el poder absoluto que representaba el conductor.
Los rumores más oscuros
La figura de Velasco también estuvo rodeada de rumores que pocas veces se confirmaron, pero que circularon con fuerza: favoritismos a ciertos artistas por conveniencia, presiones de disqueras para imponer cantantes en el programa y hasta enfrentamientos con colegas dentro de Televisa.
Aunque nunca se probaron muchas de estas historias, el hecho de que persistieran durante décadas alimenta la idea de que detrás del personaje sonriente había un hombre con enemigos, resentimientos y secretos que la televisión no mostraba.
La otra cara del mito
A pesar de todo, nadie puede negar que Raúl Velasco dejó una huella imborrable en la cultura popular. Siempre en Domingo fue escuela, trampolín y vitrina para cientos de artistas que, gracias a ese espacio, lograron trascender fronteras.
El legado de Velasco es, al mismo tiempo, glorioso y controvertido: construyó ídolos, pero también dejó cicatrices. Para algunos fue un mentor; para otros, un verdugo. Y esa ambivalencia es lo que lo convierte en una figura imposible de olvidar.
Conclusión: luces, sombras y venganzas
El lado oscuro de Raúl Velasco sigue siendo tema de conversación porque encierra todo lo que hace fascinante a la industria del entretenimiento: poder, sueños, egos, traiciones y triunfos inesperados.
Los artistas que se sintieron destrozados por sus decisiones son la prueba de que su influencia podía cambiar destinos en un instante. Y la historia de Juan Gabriel —quien transformó el dolor en éxito y convirtió su carrera en una venganza luminosa— es el ejemplo perfecto de cómo la verdad siempre encuentra su camino.
Raúl Velasco fue el dueño de los domingos, pero los ecos de su poder, sus sombras y sus conflictos aún resuenan. Porque en el espectáculo, lo que se ve en pantalla es solo la mitad de la historia… y la otra mitad, la más oscura, siempre termina saliendo a la luz.