En el complejo tablero de ajedrez que representa la separación entre Shakira y Gerard Piqué, las opiniones de figuras públicas del mundo artístico han jugado un rol importante en la narrativa mediática.
Recientemente, se ha viralizado la idea de que Ricky Martin, el icónico cantante puertorriqueño y referente en temas de paternidad responsable, habría intervenido con un mensaje contundente dirigido al exfutbolista catalán, defendiendo el enfoque emocional de Shakira en su música y priorizando el bienestar de sus hijos comunes, Milán y Sasha.
El detonante de esta supuesta reacción fue el lanzamiento de “Acróstico”, la emotiva balada de Shakira estrenada en mayo de 2023.
En esta canción, la artista colombiana no solo expone su vulnerabilidad tras la ruptura, sino que incluye las voces y el talento pianístico de sus hijos, convirtiéndola en un homenaje familiar y un proceso de sanación pública.
Lo que para muchos fue un acto de amor y empoderamiento maternal, generó controversia por la exposición de los menores, con rumores de que Piqué habría considerado acciones legales o mostrado desacuerdo, percibiendo una “desconexión emocional” en su respuesta silenciosa.
Ricky Martin, padre dedicado de cuatro hijos y conocido por su compromiso con la crianza positiva y el apoyo incondicional, habría reaccionado positivamente al tema.
Aunque no existe una declaración directa criticando a Piqué, el boricua comentó en redes sociales con palabras como “qué hermosura”, acompañado de aplausos y corazones, sumándose a celebridades como Karol G y Antonela Roccuzzo que elogiaron la pieza.
Esta muestra de apoyo ha sido interpretada por fans y medios como un respaldo implícito a Shakira, destacando la importancia de celebrar públicamente los logros de los hijos en momentos difíciles.
La paternidad se ha convertido en el eje central del debate público alrededor de esta separación. Ricky Martin, quien ha hablado abiertamente sobre su rol como padre y la construcción de vínculos fuertes con sus hijos, representa un modelo de apoyo emocional que contrasta con las críticas hacia Piqué.
El silencio o la supuesta frialdad del exjugador ante “Acróstico” ha sido visto por muchos como una oportunidad perdida para validar el talento de Milán y Sasha, reforzando la percepción de que la madurez paternal debería priorizarse sobre conflictos adultos.
En redes sociales, el tema ha generado división.
Mientras el entorno de Piqué ha intentado desviar la atención hacia acusaciones de “mala madre” contra Shakira por involucrar a los niños en su arte, la opinión pública mayoritaria defiende a la cantante, viendo en su música una forma terapéutica de cierre familiar.
Hashtags relacionados con la canción y la separación acumulan millones de interacciones, con usuarios destacando que un padre debe ser el “fan número uno” de sus hijos, independientemente de las diferencias con la expareja.
Fuentes extraoficiales sugieren que a Piqué no le habrían agradado las interpretaciones públicas de su actitud, defendiendo su privacidad y criterio personal.
Argumenta que un gesto público no define la relación real con sus hijos, pero para figuras como Martin y gran parte del público latino, el apoyo visible es esencial para fortalecer la confianza emocional de los menores en medio de un divorcio traumático.
Este episodio resalta cómo las celebridades influyen en narrativas personales altamente mediáticas. Shakira ha utilizado su plataforma para transformar el dolor en arte, con temas como “Te Felicito”, la sesión con Bizarrap y “Acróstico” convirtiéndose en himnos de empoderamiento.
Mientras, Piqué ha optado por un perfil más bajo, enfocándose en sus negocios y nueva relación con Clara Chía Martí, aunque esto ha alimentado críticas por perceived falta de sensibilidad paternal.
Expertos en psicología infantil coinciden en que, en separaciones de alto perfil, la prioridad debe ser proteger la integridad emocional de los niños. Gestos de validación pública, como los de Shakira al incluir a sus hijos en su proceso creativo, pueden ser terapéuticos, siempre que se manejen con responsabilidad.
La supuesta postura de Ricky Martin refuerza este mensaje: la paternidad trasciende contratos o conveniencias, exigiendo presencia activa y amor incondicional.
La tormenta mediática alrededor de Shakira y Piqué continúa, con “Acróstico” superando cientos de millones de reproducciones y manteniendo la conversación viva.
Mientras la barranquillera avanza en Miami con sus hijos, enfocada en sanación y nuevos proyectos, el mundo observa si las lecciones sobre madurez y priorización familiar calan en todas las partes involucradas.
Al final, en esta batalla pública, los verdaderos ganadores deberían ser Milán y Sasha. Figuras como Ricky Martin, con su ejemplo de paternidad comprometida, recuerdan que el legado de unos padres se mide en el amor y apoyo que dejan en sus hijos, no en disputas adultas.
Shakira sigue usando su voz para cerrar ciclos, y la opinión pública parece alinearse con quien prioriza el bienestar emocional de los más vulnerables: los niños.

La chispa que encendió la indignación de Ricky Martin, y de gran parte del mundo artístico, fue el lanzamiento de “Acróstico”, la más reciente balada de Shakira.
En esta pieza, la barranquillera no solo desnuda su alma, sino que permite que sus hijos, Milán y Sasha, muestren al mundo su talento vocal y pianístico.
Sin embargo, lo que debió ser un motivo de orgullo paternal, fue recibido por Gerard Piqué con un silencio gélido y rumores de posibles represalias legales por la exposición de los menores. Esta actitud ha sido calificada por muchos como una “desconexión emocional” alarmante.
Ricky Martin, quien ha construido una relación inquebrantable con sus propios hijos basada en el apoyo y la admiración mutua, no pudo permanecer indiferente.
Según fuentes cercanas y el análisis de sus declaraciones, el cantante se dirigió a Piqué para recordarle que la paternidad no se trata de contratos o conveniencias, sino de ser el “fanático número uno” de cada paso que den los hijos.
Para Martin, el silencio de Piqué no es solo una omisión, sino una forma de vulnerar la confianza y la integridad emocional de los pequeños, quienes atraviesan el trauma de ver a sus padres tomar caminos distintos.

La crítica de Ricky Martin va directo al corazón del conflicto: la madurez. El intérprete de “Livin’ la Vida Loca” hizo un llamado urgente al catalán para que abandone el enfoque de confrontación y se convierta en el soporte que Milán y Sasha necesitan en estos momentos de cambio.
En sus palabras, es imperativo que un padre deje un aporte positivo en la vida de sus hijos en lugar de convertirse en un “dolor de cabeza” o un factor de estrés constante.
Esta intervención ha resonado profundamente en las redes sociales, donde la imagen de Piqué ha sufrido un deterioro constante.
Las acusaciones de haber expuesto su traición amorosa públicamente, de presionar a la cantante para abandonar su residencia y de utilizar la custodia como una herramienta de chantaje, han creado un clima de repudio generalizado.
Expertos en el medio aseguran que, mientras el entorno de Piqué intenta tildar a Shakira de “mala madre” por involucrar a los niños en su arte, la realidad percibida por el público es que el comportamiento de Piqué es el que realmente está fallando en el estándar de protección y amor incondicional.

Por su parte, se dice que a Gerard Piqué no le han sentado nada bien los “consejos” de Ricky Martin.
De manera extraoficial, ha trascendido que el empresario considera estas opiniones como un ataque personal y defiende su derecho a actuar según su propio criterio, argumentando que una felicitación pública no marcaría una diferencia real en el talento de los niños.
Sin embargo, para la opinión pública y figuras como Martin, el gesto lo es todo cuando se trata de fortalecer el vínculo con los hijos.
El mensaje final es claro: en medio de la tormenta mediática, la prioridad absoluta deben ser Milán y Sasha. Ricky Martin ha tomado partido, no por una exmujer herida, sino por dos niños que merecen crecer en un ambiente de validación y respeto.
Mientras Shakira continúa usando su música como un proceso de sanación y cierre de ciclo para su familia, el mundo espera ver si Piqué finalmente aceptará el desafío de madurar y estar a la altura de las circunstancias, o si seguirá sumando detractores en una batalla donde los únicos que deberían ganar son sus hijos.