Catherine Fulop habla sin filtros a los 60: confiesa los momentos más duros, los secretos que guardó y la lección que cambió su vida para siempre
A sus 60 años, la actriz, presentadora y modelo Catherine Fulop decidió hablar como nunca antes.
Con la sinceridad que siempre la ha caracterizado y la madurez que le ha dado el tiempo, la venezolana abrió su corazón y confesó todo lo que durante años había preferido callar: los desafíos de la fama, los golpes de la vida, los errores que la marcaron y la fortaleza que la llevó a levantarse cada vez.
Su testimonio no busca escándalos, sino liberación.
“Es hora de contar mi verdad, de dejar atrás lo que dolió y agradecer lo que me hizo crecer”, dijo Fulop en una entrevista íntima que ha conmovido a millones de personas en América Latina.

La mujer detrás de la sonrisa
Durante décadas, Catherine Fulop fue uno de los rostros más reconocidos de la televisión.
Desde sus icónicas telenovelas de los 80 y 90 hasta sus proyectos más recientes en Argentina, su carisma y belleza la convirtieron en un ícono latinoamericano.
Pero detrás de esa imagen luminosa y segura, se escondía una historia de esfuerzo, pérdidas y silencios personales.
“La gente me veía feliz, riéndome, pero no siempre era así. A veces tenía que poner la mejor cara cuando por dentro estaba destrozada.”
La actriz confesó que su carrera le dio muchas alegrías, pero también le exigió sacrificios profundos.
“Ser fuerte todo el tiempo cansa. Aprendí a llorar a escondidas y a no mostrar mis debilidades, porque en este medio, si lloras, te juzgan.”
El dolor que cambió su vida
Fulop también habló de los momentos más duros de su vida, especialmente cuando tuvo que reinventarse lejos de su país natal, Venezuela, y comenzar de nuevo en Argentina.
“Fue muy doloroso irme. Dejé mi casa, mis amigos, mis raíces. Sentía que arrancaba una parte de mí.”
La actriz reconoció que la situación de su país la afectó emocionalmente.
“Ver a mi tierra sufrir me partía el alma. Uno se va, pero nunca deja de pertenecer. Todavía me duele.”
Sin embargo, aseguró que el exilio también la hizo más fuerte.
“Aprendí a adaptarme, a construir una nueva vida, a entender que el hogar no siempre es un lugar, sino la gente que te rodea.”
El amor, su refugio
Uno de los pilares fundamentales en su vida ha sido su esposo, el actor Osvaldo Sabatini, con quien mantiene una relación sólida desde hace más de tres décadas.
“Nos hemos peleado, nos hemos reconciliado, hemos crecido juntos. No somos perfectos, pero nos elegimos cada día.”
Catherine habló con ternura de los desafíos de mantener una relación en medio de la fama y la exposición mediática.
“Estar casados en este medio es complicado. Hay tentaciones, críticas, rumores… pero si hay amor y respeto, todo se supera.”
También se refirió con emoción a su hija, Oriana Sabatini, quien ha seguido sus pasos en el mundo artístico y que actualmente mantiene una relación con el futbolista Paulo Dybala.
“Oriana es mi orgullo. La veo y me digo: ‘valió la pena todo’. Ella tiene su carácter, su fuerza, su talento. Me emociona verla cumplir sus sueños.”
La fama y la soledad
A lo largo de la entrevista, Fulop fue honesta al reconocer que la fama no siempre trae felicidad.
“Cuando eres joven y te llega la fama, piensas que con eso lo tienes todo. Pero nadie te enseña a lidiar con la soledad que viene después.”
Contó que hubo momentos en los que, a pesar del éxito, se sintió vacía.
“Tenía todo lo que soñé: trabajo, reconocimiento, amor… pero por dentro había un vacío. Me di cuenta de que había vivido mucho para los demás y poco para mí.”
Fue entonces cuando decidió hacer una pausa y reenfocar su vida.
“Empecé a buscar paz. Ya no quería correr, quería respirar, disfrutar del silencio y del tiempo con los míos.”
El paso del tiempo y la aceptación
Catherine habló abiertamente sobre el paso de los años y cómo ha aprendido a abrazar su edad con orgullo y sin miedo.
“Cumplir 60 no me asusta. Al contrario, lo celebro. Porque cada arruga, cada cana, cuenta una historia de lucha, de amor, de aprendizaje.”
La actriz reflexionó sobre la presión que muchas mujeres sienten por aparentar juventud.
“Vivimos en una sociedad que te exige verte joven, perfecta, eterna. Pero la verdadera belleza está en aceptar quién eres. La edad no te quita valor, te da sabiduría.”
Su mensaje de empoderamiento resonó con miles de mujeres que ven en ella un ejemplo de autenticidad.
La reconciliación con su pasado
Fulop reconoció que parte de su proceso de crecimiento ha sido perdonarse a sí misma.
“Me equivoqué muchas veces, pero aprendí que no se puede avanzar cargando culpas. Me perdoné por no haber sido perfecta, por haber callado cuando debía hablar y por haber creído en quien no debía.”
Hoy asegura que vive más ligera, más libre.
“La vida es demasiado corta para vivir con resentimientos. Lo que pasó, pasó. Ahora solo quiero vivir con gratitud.”
La maternidad, su mayor enseñanza
En otro momento, la actriz habló sobre cómo la maternidad cambió su forma de ver el mundo.
“Ser madre me hizo más empática, más fuerte y más consciente. Aprendí que el amor no se mide, se entrega.”
También reflexionó sobre el rol de las madres modernas y el equilibrio entre la vida profesional y familiar.
“No somos supermujeres, aunque lo parezca. También nos cansamos, también dudamos. Pero lo importante es seguir adelante, con amor y con fe.”
Un mensaje inspirador
Catherine Fulop cerró la entrevista con un mensaje esperanzador para quienes atraviesan momentos difíciles:
“Nunca es tarde para empezar de nuevo. Si estás respirando, estás a tiempo de cambiar tu historia.”
Y añadió:
“No importa cuántas veces te caigas, sino cuántas veces te levantas. A los 60, puedo decir que soy más feliz que nunca, porque me tengo a mí.”
Conclusión: una mujer que eligió la verdad
A sus 60 años, Catherine Fulop demuestra que la fuerza no está en esconder las cicatrices, sino en mostrarlas con orgullo.
Su historia es la de una mujer que lo tuvo todo, lo perdió, se reconstruyó y hoy brilla con más autenticidad que nunca.
“No quiero que me recuerden solo por mis personajes, sino por mi verdad. Soy una mujer que vivió, amó y aprendió.”
Y con esa frase, Catherine Fulop deja claro que su belleza más grande no está en su rostro, sino en su coraje.