“¿La reina del show o de la farsa?” Peluchín destroza a Gisela con pruebas que exponen su mentira en pantalla
El escenario estaba montado para una reina destronada.

Gisela Valcárcel, siempre tan calculada y emocionalmente estratégica, había hecho correr la narrativa perfecta: fue vetada, fue silenciada, y ni siquiera le permitieron entrar al canal a despedirse.
La frase “me prohibieron la entrada” quedó grabada en la mente de todos.
La imagen era clara: una mujer poderosa, expulsada injustamente por intereses más jóvenes y fríos.
Hasta que llegó Rodrigo González, con una sonrisa irónica y una USB en la mano.
“Les tengo una joyita”, anunció al aire.
Lo que vino después no dejó piedra sobre piedra.

En pantalla apareció un video captado por cámaras de seguridad del propio canal, fechado apenas días antes de la supuesta “prohibición”.
En él, se ve a Gisela ingresando tranquilamente a las instalaciones de América TV.
Saluda al personal, entra a su camerino, conversa con un productor… y todo sin ninguna señal de conflicto o tensión.
Pero eso no fue lo más fuerte.
Lo demoledor vino cuando se mostró otro clip, horas después de ese ingreso, donde Gisela es grabada mientras graba un contenido promocional para su canal de YouTube dentro del set que, según ella, ya no podía pisar.
Peluchín no dejó pasar ni un segundo: “¿Esto es lo que se llama estar vetada? ¿Esto es censura? ¡No solo entró al canal, sino que usó sus espacios para grabar material privado! ¿Quién está mintiendo aquí?” La audiencia no sabía si reír o quedarse en shock.
Las redes explotaron.

Y lo que parecía una historia de injusticia se empezó a desmoronar minuto a minuto.
La cereza del pastel llegó con un audio adicional que presentó Gigi Mitre, donde se escucha a un asistente de producción decir: “Doña Gisela ya pasó, como siempre, todo tranquilo.
Solo pidió que no se anuncie su presencia”.
Una frase que contradice directamente la supuesta orden de prohibición que Gisela había insinuado días atrás.
El relato de una mujer expulsada… empezaba a parecer una estrategia narrativa cuidadosamente montada.
¿Qué pretendía Gisela? ¿Victimizarse para forzar un regreso? ¿Manipular la opinión pública? ¿O simplemente controlar la narrativa antes de que otros la contaran por ella? Lo que está claro es que Peluchín no está dispuesto a dejar que el público compre versiones sin pruebas.
“Nosotros no estamos aquí para llorar con lágrimas falsas.
Estamos aquí para decir la verdad, aunque duela.

Y esta… duele”, sentenció con dureza.
Hasta el momento, Gisela no ha respondido a las pruebas mostradas.
En sus redes, solo ha compartido frases espirituales, evitando todo tipo de confrontación directa.
Pero el daño ya está hecho.
La pregunta ahora no es si volverá a la televisión… sino si el público volverá a creerle.
Karla Tarazona, desde su programa, no perdió la oportunidad de lanzar una indirecta fulminante: “Ay, ay, ay… cuando la verdad se graba en video, ya no hay ‘libreto’ que la salve”.
Mientras tanto, figuras del medio que antes apoyaban a Gisela ahora guardan silencio absoluto.
El escándalo es tan fuerte que nadie quiere quedar salpicado.
¿Se acabó el reinado? ¿O veremos a Gisela intentar justificar el video con otro relato emocional? Lo cierto es que la versión oficial se vino abajo como un castillo de naipes, y Rodrigo González se encargó de soplar la primera carta.
Una cosa es segura: en esta guerra televisiva, ya no basta con contar una historia.
Hay que probarla.
Y Gisela… parece que no lo hizo.